Saturday, March 28, 2009

35






1. En la tranquilidad del agua, en el gesto de una mano que deja caer el agua del cuenco, vertimos agua sobre la imagen del buda. Un mantra. Hay un cauce en el murmullo del agua. Tu sonrisa es la sonrisa del agua, el temblor del pulso en el cuenco. Un mantra. Que tu sonrisa permanezca en aquel gesto, que estés bien, feliz y en paz.

2. Hemos sido bendecidos. En la plaza, sentados, hablamos poco de la tranquilidad y la calma que ahora tenemos. Hablas con emoción de la próxima dispensación, de la voz del buda, de lo afortunados que somos de haber estado tan cerca de sus reliquias. Tu sonrisa y tu mirada tocan mi cuerpo, se quedan en él -se han quedado-, no podrán irse. Quisiera estar contigo siempre. Una plegaria se repite en silencio: caminamos tomados de la mano, nos besamos, y en la fuente de los leones de piedra, la piedra y los leones son abiertos por la brisa callada.

3. Nos despedimos. Nos volveremos a ver en dos días. Me dices que me amas. Un mantra en el abrazo, una forma de agradecer. Nos depedimos. Sonrisas abiertas, besos dados en el murmullo del aire. Me quedo hasta que has partido, pero todo lo tuyo permance.




27 de marzo de 2009: León, Gto., después de visitar las reliquias del buda con Eva.

Monday, January 19, 2009

34

Porque hay algo que festeja la tierra con heraldos, con bestias consumidas por el fuego (consumidas por la tierra como el fruto, por la tierra como la mujer, la del goce más alto).
Porque el aroma penetra el aliento y se derrama, oscuro como aquel nombre que nos acerca a todas las cosas, a sus efectos.

Humus de la tierra, humus del hombre:
altos bronces, rumor del viento en la arboleda, hojarasca, y el cuerpo entrando en la claridad del tuyo, en su presencia.


*

Escrito en San Joaquín, Qro., el 17 de noviembre de 1999. Corregido el 19 de enero y el 12 de feberero de 2009.

Thursday, December 11, 2008

33

No habré de conocerte.
Aquel tiempo no vuelve, aquel que no tuvimos.
No crecerán los hijos,
nunca en aquella orilla, nunca el mar de la infancia.
El dios en tus entrañas
habrá de separarnos.

No conozco tu cuerpo, no habré de conocerlo.
Otro es el filo, en otra noche.

Habita dios; qué dios, es incierto.

Wednesday, October 29, 2008

32. Takagi Masakatsu / Variaciones

Pero nadie sospecha / el pulso de tu cuerpo, / nadie su terror ni tu alegría. / Todo cuerpo vuelve a ser aquel impulso: / la mujer que convertía / a sus amantes en peces ha sido convertida en uno. / La entraña reclama su cuchillo. / La tarde de la infancia vuelve, se repite. / Todo cuerpo vuelve a ser mi cuerpo y el tuyo, / sus repeticiones, la forma primera del mundo, esa liviandad que no pregunta. // Estuvimos aquí, y fue tu risa como un cuchillo entrando, dulcemente, en la blanca esfera de la carne.

Tuesday, September 30, 2008

31

1. No hay mucho por contar: hará lo que hace casi todos los días. Pero hoy, lo sabe, es distinto. Por mejor decir, ella quiere que sea distinto. Ha decidido tomarse un tiempo considerablemente mayor al usual para arreglarse. Después del baño, seca su cuerpo frente a la ventana. Es mediodía. Siempre que se pinta, siempre que recurre a aquella parafernalia de los afeites y de los productos cosméticos, es con discreción y de manera rápida. Debe saberse esto para imaginar cuál es la naturaleza de esta atención que ha puesto hoy en su arreglo. Seca su cabello, No piensa. Es decir, su pensamiento es un punto fijo hacia el que ella mira: no sabe qué decir, cómo decirlo. Es mediodía. Ha elegido su ropa, ha elegido cada prenda valorando su pertinencia. Se viste lentamente. Ella sabe que su pensamiento es un punto en el que puede mirarse mientras se viste, un calor que le recorre el cuerpo, una amarga alegría que le toca cada parte y la colma, la deja vacía. Se ha puesto sus mejores zapatos. Después de vestirse se queda sentada en la cama. No sabe qué decir, ni a quién decírselo. Está marcada. Lo sabe.

2. Un fragmento: Era como tú dijiste, necesito que me golpeen, / que me lastimen para sentir un poco de cariño. / Era yo, no tú, la que está acostumbrada a los golpes.

Monday, September 22, 2008

30

20 de septiembre de 2008

1. Lo que ella no sabe es que aquella noche, cuando bailamos danzón, yo pensaba en aquellas mujeres con las que he querido, a lo largo de mi vida, bailar así, lentamente, entre la luz de las farolas, en la oscuridad del cuerpo. No se lo he dicho y, sin embargo, he sabido que sólo con ella podría bailar, que sólo con ella podre. He querido decírselo, pero no he podido. Su abrazo ha sido más lento que aquellos abrazos -siempre esperados, nunca dados-, ha sido distinto. Mi cabeza ya no es mi cabeza. Nos besamos. La orquesta tocaba, en el quiosco de la plaza; los instrumentos -metálicos, rumorosos- brillaban con alegres, cansados destellos. Las parejas reían. Llegamos a casa. Dormimos juntos. Al despertar, ninguno de los dos se atreve a decir algo. Se miran largamente, abrazado a su cuerpo y al otro, para llamarse así, enceguecidos, miserables -para sentir que la bestezuela todo lo devora-; para sentirse poco a poco, sin romper el abrazo.

2. La enfermedad del cuerpo no habrá de irse. La certeza de que en mí habita una bestia doble, bifronte, terrible, no me abandona. Mi cabeza ya no es mi cabeza.

3. Nota primera para un texto que está por escribirse:

23 de septiembre de 2008

"La certeza de un contenido que se configura a razón de una aparente lógica interna, pero que, apenas logra conformarse, no presenta sino un carácter difuso, impreciso, caracterizado por la vehemencia del goce, del propio deseo que intenta nombrarse y, con esto, abandonarse a una voluptuosidad mayor"

Wednesday, September 17, 2008

29

1. Le gustaba quemar los muslos de sus muñecas, morderlas hasta dejar marcado el plástico. Luego las vestía, cubría las partes donde algo había sido arrancado, quemado, señalado por la violencia. Jugaba con ellas como si nada hubiera pasado, como si ella misma no hubiera sentido el goce de sentir que algo es tomado a la fuerza, transfigurado, y, finalmente, ocultado con un pedazo de tela, disimulado con accesorios. La mujer aprendió bien la lección, una lección que ella misma procuró para sí, para el posterior mercadeo de la carne (la suya). La mujer ha sido marcada por sus amantes, y, sin embargo, todas las veces ha sabido disimular con una sonrisa, con alguna frase grosera que sólo el deseo le ha podido meter en las entrañas (una frase vacía de tan lúbrica). Ha aprendido a vestirse, lentamente, a salir por la puerta de atrás sin ser vista, o, en su defecto, a quedarse tumbada en la cama del otro, a compartir el aliento y la caricia, el calor del cuerpo que se va quedando frío de tan solo.

No ha dejado de repetir, desde la más temprana infancia, aquel ritual, aquel juego terrible.

2. Una escena:

Una niña de cinco años, que juega en el piso del patio trasero de su vecino, ha logrado que el perro de la casa ponga sus patas delanteras sobre sus hombros. El perro no entiende y se aparta. La niña tampoco entiende por qué ha querido ser montada por el perro y, sin embargo, la imagen permanece en ella a pesar de los años. Ahora, ella cuenta el episodio una y otra vez a sus amantes. Ellos no entienden y se apartan: la niña se queda sentada en el piso, esperando, en algún patio trasero.

3. Despertamos juntos, boca con boca, cuerpo con cuerpo. Su voz repite sin decir aquellas tardes, las de la casa paterna (su casa), y tiembla (a veces llora). Mi cuerpo también se estremece por aquellos recuerdos.

Tuesday, May 06, 2008

27

Andrógino


Esta noche se viste
la mujer como el hombre,
el hombre de mujer.
Hoy no se cortan, dicen.
Entran al bar y piden, cada cual,
el mismo trago doble.

Se cortarán llegando.

Dos güisquis en las rocas:
le ha subido la falda, a la vista de todos.

Saturday, May 03, 2008

26

Escrito el 16 de julio de 1998:

El árbol es la cima del árbol, el silencio de un desierto cubierto de flores. Dios ha callado. Nosotros somos los frutos que la mañana corrompe, el rocío en esos frutos.
El tiempo fue con nosotros la divinidad y esa mañana.




Última modificación: 14 de septimbre de 2010.

Thursday, May 01, 2008

25

Hay una cabeza. En el lugar en que debería de haber una cabeza hay una cabeza. Se complace mirando a las niñas de nueve, famélicas, desdentadas. Se complace en mirar la parte donde habrán de crecer las otras partes. Piensa que la violencia puede ser eso: abrirse paso. Piensa en el llanto -su llanto-, en los golpes -en su cuerpo golpeado-.

Una buena razón para no sentir culpa es que no puede sentir culpa. No sabe explicar el mecanismo. Tampoco le conmueve el hecho de que su discurso no sea políticamente correcto. Nadie -es decir, nadie sensato- habla de mirar a las de nueve con deseo, nadie habla de abrir sus orificios. Cuando se habla de "esto" y "aquello" se hace en términos de literatura. Todos sabemos lo que es correcto. Estamos acostumbrados a que la escritura funcione correctamente. La escritura también puede sublimar cierta pulsión inconfesable, la pulsión de cierto deseo. Lo cierto es que nadie se conmueve con las atrocidades que la escritura consigna. Muchos ni siquiera se escandalizan. Vivimos, respiramos la pornografía.

Así que aquí las tienen, estas pequeñas van al matadero con los ojos abiertos, el cuerpo temblando, tomadas de la mano del padre, sentadas en el regazo de los hombres de la familia; acariciadas con un amor familiar que nada puede tener de malo.

Dice el padre y decimos los hermanos: que vengan a mis piernas; que se peguen al cuerpo; que intenten detener el golpe que quiere su cabeza cruda, que chillen -si pueden- contra el filo que todo lo corta, contra el filo que cercena sus miembros, los atraviesa, los quema; eso parecido al cuchillo que les desgarra las entrañas por dentro, aquello como el animal cuyas fauces ronzan, mastrican, trituran cada parte en donde no crecerán las partes.

Sunday, September 23, 2007

24

Ars adivinatoria*

(Costa del Pacífico)

Aquí vino a morir.
Estos son los restos de la tortuga:

el caparazón no ha sido tallado,
en él nadie leerá signos adversos.

*

Nota a favor del sentido del texto:

La escapulomancia (arte adivinatoria sobre los huesos de los animales) era práctica común en la antigua cultura china (los vestigios nos remiten hasta la Dinastía Shang: 1, 60o a 1, 100 adC, aproximadamente). Con tal fin, eran usados huesos de varios animales, entre ellos, el caparazón de la tortuga. Los caparazones eran marcados con orificios e incisiones que, al ser expuestos al calor, formaban grietas que luego serían leídas como signos adversos o propicios. Los resultados de dicha lectura eran grabados sobre los propios huesos y los caparazones.

Monday, September 17, 2007

23

Apuremos los frutos.

No preguntemos quiénes
somos, quiénes fuimos aquella vez
bajando hacia la plaza.

Morirás, Mujer, herida en el vientre.
Moriremos sin hijos.

¿Algún día podremos reír de todo esto?

Apuremos los frutos,
los nuestros, los escasos.
No preguntemos quiénes.

De Bicéfalo, inédito.

Thursday, September 13, 2007

22

Tanka

iv

Una pareja
que no se dice nada.
Una certeza.

Hace frente al contrario,
sentada en la bañera.

Friday, September 07, 2007

21

Andrea Zanzotto

Qué te embruja allá abajo
qué te enreda allá abajo;
vulva cojedora, cula cagona,
vieja desfondada, vieja pestilente,
nosotros te ordenamos, con sudor y trabajo,
que brotes hacia quien te toma -

Ah Venecia ah Afán ah Venusia

*
ZANZOTTO, Andrea. Del paisaje al idioma: Antología poética. Trad. Ernesto Hernández Busto. Universidad Iberoamericana / Colección Poesía y Poética. México: 1996. p. 171

Thursday, September 06, 2007

20

Guanajuato, octubre de 2006.

Descubrí la poesía al mismo tiempo que descubrí la muerte. Desde entonces nada ha podido consolarme. Todo es una suerte de despedida: lugares, personas, voces, un mar que no conozco, el mar de mi infancia. El peso de lo que soy, de lo que no estará: de eso se tratan las fotografías.

No hay manera de recuperar lo que hemos perdido. Pero esa mirada insiste, fíjese bien.

Saturday, September 01, 2007

19

No le gustan
las demostraciones
públicas de afecto

Ella compra la fusta
para divertimento de su joven amante.
Se deja golpear con fuerza en el costado izquierdo.
Es golpeada en la calle.

Habla de su infancia, de sus amantes.

Ambos, a su manera,
tienen el control de la situación.
¿A quién puede importarle?

Las marcas duran poco.

Thursday, August 30, 2007

18

CITA:


La muerte, al ser aquello a lo que no estamos acostumbrados, nos acercamos a ella o bien como lo inhabitual que maravilla, o bien como a lo no-familiar que horroriza. El pensamiento de la muerte no nos ayuda a pensar la muerte, no nos brinda la muerte como algo que hay que pensar. Muerte, pensamiento, tan próximos que, pensando, morimos, si al morir nos permitimos no pensar: todo pensamiento sería mortal; todo pensamiento, último pensamiento.

*

(morir): una remota leyenda, una antigua palabra que no evocaba nada, a no ser el pensamiento que sueña que hay una modalidad de tiempo desconocida. Lograr la presencia, morir, dos expresiones igualmente hechizadas.

BLANCHOT, Maurice. El paso (no) más allá. Trad. Cristina Peretti. Paidós. Barcelona: 1994. p. 29 y 47

Wednesday, August 29, 2007

17

La serpiente, los ríos


La serpiente amarilla,
cuyo rastro es el cuerpo
—la fiebre entre los cuerpos—,
anidará en el cuenco cuyo aroma es el vino;
anida en la mujer.

Desenreda tu cabello,
muchacha, entra en aquella orilla
después de la plegaria, espera por tu amante
después de amasar el pan lentamente
junto al horno de piedra.

Las mujeres se peinan,
desnudas, en la orilla del río.
La serpiente se esconde
entre sus pies descalzos.

Monday, August 27, 2007

16


La mujer
caminará sobre la arena oscura;
alguna vez, de mañana

Se marchitan los frutos,
no tengo que decírtelo.

Poco tiempo nos queda
si vuelve todo en calma,
si tus pies van tocados de una calma terrible;
si adelantas los pasos
sin porqué, no sé a dónde.

Saturday, August 25, 2007

15

Sueño y realidad*

Soñé que era una mariposa. Volaba en el jardín de rama en rama. Sólo tenía conciencia de mi existencia de mariposa y no la tenía de mi personalidad de hombre. Desperté. Y ahora no sé si soñaba que era una mariposa o si soy una mariposa que sueña que es Chuang-Tzu.

* Chuang-Tzu en PAZ. Octavio. Trazos: Chuang-Tzu y otros. Ediciones del Equilibrista. México: 1997. Segunda edición. p. 44

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Una solución

Chuang-Tzu sabía
Que una mariposa
Puede soñar.

Eso sólo lo puede
Saber la mariposa.

Monday, August 20, 2007

14

La casa paterna

Me hubiera gustado
conocer a tu padre, verte ir a su encuentro;
saber cuánto y cómo tu sonrisa.

Pero no he podido, no es tiempo.

Me hubiera gustado
tener lugar, el mismo lugar.
Pero tus voces, pero todo lo tuyo
ha dejado la infancia.

No es tiempo, lo sabemos.

Camina conmigo de una orilla a otra.
Entra en el mar, el mar de nuestros padres.
Lo quieto, aquella ceguera, también será nuestra.
Entra conmigo, entra sin mí.

Habrá un tiempo que escape a las repeticiones.

Entraré primero en la casa familiar,
entraré sin ti, no habré de encontrarte.
El tiempo de la infancia, el tiempo de la casa paterna
nunca vuelve: lo sabemos.

Sunday, August 12, 2007

13

Equívoco

Las mujeres se besan
bajo la mirada tosca del hombre.
Él piensa en ellas como si fuesen portadoras
de una sexualidad más vasta, mucho más libre.

Lo cierto es que las mujeres repiten,
uno por uno, todos los clichés.

Thursday, August 09, 2007

12

El mismo
collar, una bolsa
de piel:

Por eso los zapatos
negros, las piernas blancas sin rasurar.
Por eso, porque hay que
evitar que se arranque trozos de piel.

A veces su mirada
se cruza con la mía: eso es todo.

Si dice poco y nada,
si descalza los pies, los amarillos.
Por eso, porque hay qué,
acariciando el cómo.



Saturday, August 04, 2007

11

Umbra

Tarde, de noche,
así nos encontramos.
Hoy amanece.

Con su cuerpo en el cuerpo:
así nos despedimos.

*

Breve nota a razón del tanka:

El tanka, composición poética japonesa, sigue una estructura similar a la del haikú (referente por excelencia para el público occidental). Mientras este último tiene por estructura tres versos (5 / 7 / 5), el tanka cuenta con dos versos más (5 / 7 / 5 // 7 / 7). El eje de la composición es el tercer verso, que une los dos primeros versos (introducción del tema del tanka) con los dos últimos (desenlace del mismo).

Thursday, August 02, 2007

10

TERSITES

Tersites llegó al pie
de Troya, la ciudad amurallada.
Era patizambo, cojo de pierna;
mandaba sobre muchos.

Se dice que dio voces
contra Agamenón de forma insensata.
Ulises hirió su cuerpo maltrecho:
fue motivo de escarnio entre los hombres.


Su fortuna fue la de los mortales:
la madre de los vientos acarició su frente,
también lo recibió la negra tierra.
En esto fue semejante a los otros.

Lo sabían los aqueos, el de pie ligero,
los que ganaron para sí la gloria.

Saturday, July 21, 2007

9

Bodhi *


Una sonrisa
Habrá de iluminarte,
Calladamente.

Cubrirá la hojarasca
El regazo de piedra.



* Fue bajo el bodhi (higuera) donde Siddhārta, tras un largo tiempo de meditación, alcanzó la iluminación. También conocido como bo, la higuera es considerada el árbol de la sabiduría.

Tuesday, June 19, 2007

8


También puedo escuchar cómo se pudren los cuerpos: la risa de los niños, la mujer que acaricia su cabello si el hombre la mira -fijamente, sin mirarla-. Puedo escuchar la boca, lo amarillento, la mano que sostiene su propio peso mientras habla, el aroma que levanta de su boca, de sus extremidades; puedo escuchar el roce de la piel con sus vestidos -la presión que ejerce el talle en la cintura, la prenda en la entrepierna, las marcas en la espalda-. Seis de la tarde. Ellos han venido una vez más hasta la plaza. Las palomas canturrean, picotean una y otra vez, siempre hambrientas. La semilla cruje al ser abierta. En los niños la risa sube con violencia. Las uñas van sucias, siempre cortas, siempre con tierra. Los niños juegan con lodo, vigilados por sus padres.

Complicidad con nadie. Se escribe con indiferencia -se escribe poco, sólo por tomar notas-.

Mi cuerpo es lo primero que escucho: los poros abiertos, mi cabeza en la cabeza, el cabello cortado que crece, cortado con descuido, el dolor que insiste en el costado, la certeza del enfermo. En los niños la risa es más terrible.

Sunday, February 18, 2007

7

Apuntes para una interpretación.

Mecanismo Primero: la función como algo fijo, la función como repetición; como Forma de la que la Palabra -ritmo, cadencia- se sirve.

Mecanismo Segundo: la simulación como principio de la ironía. Función, no contrapunto. ¿Hay algo que escape a la maquinaria del Lenguaje? -Preguntar es también simular, disimular.

Mecanismo Tercero: las funciones están del lado de la brevedad. Hay que buscar la especifidad, la diferencia, lo-que-hace-funcionar. Poema: minucia del Lenguaje.

Thursday, November 30, 2006

6

Apartado XIV

Mecánica corporal de los fluidos / Instrumentación, uso y metodogía.

Capítulo 3, ejercicio segundo:

Almecene el semen en cantidades generosas. Puede usar, para tal fin, contenedores de vidrio lo mismo que de plástico: lo anterior depende, claro está, del gusto propio y de sus necesidades: (el plástico actúa de diferente manera sobre los líquidos que el vidrio):1. puede refrigerarlo para su mejor conservación, y, 2. puede dejarlo a temperatura ambiente para su degradación (considerando que tras este proceso el semen tendrá otra consistencia y otros posibles usos).

A considerar:

1. Las bondades proteínicas del liquido seminal / 2. La cantidad de fosfato de espermina y sus efectos en la consistencia del semen / 3. Que las uñas de las manos crecen cuatro veces más rápido que la de los pies

Saturday, November 11, 2006

5


Salmo

Ya nadie nos moldea con tierra y con arcilla,
ya nadie con su hálito despierta nuestro polvo.
Nadie.

Alabado seas, Nadie.
Queremos por tu amor
florecer
contra
ti.

Una nada
fuimos, somos, seremos,
floreciendo:
rosa de
nada, de nadie.

Con
el pistilo almalúcido,
cielo desierto el estambre,
la corola roja
de la palabra purpúrea que cantamos
sobre, o sobre
la espina.

Monday, August 07, 2006

4

Takagi Masakatsu - Exit/Delete.


Así nos abrazamos / Así, sin besarnos, sin poder hacerlo // Luego el silencio / Una habitación en casa de mi padre / Luego tu sonrisa / Luego tú sobre mi espalda / Como si durmieras

Friday, April 14, 2006

3



La Martina entra al cuarto. Es de mañana. La habitación en la que me hospedo es amplia y da al jardín el césped está recién cortado. Siempre me he entendido con los niños, siempre me han seguido, nunca me ha sido difícil relacionarme con ellos. Me sonríen, me adoptan como compañero de juegos, hablan conmigo. Con el tiempo ha dejado de sorprenderme. La Martina tienen cuatro años, me habla de su Tata y me pregunta por el mío. Le digo que está en México, pero no le digo que está muerto. Tiene el cabello largo hasta la cintura, va vestida con una playera color rojo y una falda de mezclilla. Yo estoy desnudo bajo las sábanas. «¿Qué es esto?», pregunta. «Esto es una libreta, Martina». «¿Qué es esto?». «Esto es un libro», respondo. «¿Qué es esto?», insiste. «Esta es mi nariz, Martina». Me mira fijamente a los ojos, toca mi nariz sólo para volver a preguntarme. La respuesta es la misma. La voz de su madre se afana en las pequeñas labores de la casa, canta con entusiasmo. Hace mucho calor, es verano en Santiago. «¿Qué es esto?». La Martina tiene ahora la mano en la entrepierna, se acaricia. Titubeo. «No sé», le respondo con una sonrisa. No deja de mirarme, acerca su rostro al mío mientras repite la pregunta. No respondo. Nos quedamos en silencio, pero su cuerpo canturrea como un ave herida. Sólo a ratos vuelve a insistir en la pregunta. Sonrío, la Martina también lo hace. Su risa se une a la voz de su madre que canta y repite hasta el cansancio un estribillo. «¿Qué es esto?», me pregunto. 






Fotografía: Niña muerta, Pernas (Asturias, 1915)

Thursday, April 13, 2006

2


To kalón

Aún en sueños te me has negado
Y enviado sólo a tus doncellas.

Ezra Pound Loomis.



Aún me pregunto
de quién es este aroma, a quién espero
en los altos jardínes de la noche.
Todo oscuro, tanto.


Quisiera que me
dejaras ser tu hermano,
el muerto, el suicida, el que también llevaba mi nombre;
que tú me esperaras, como a él,
al final del día.


Entonces todo volvería
a ser lo mismo: lo más altos jardines
más oscuros, tanto,
y afuera la noche.